lunes, 14 de abril de 2014

Siempre

El cursor, pensó, palpita al mismo tiempo que mi corazón. Su pensamiento fue cursi, lo admito, pero algo extraordinario había en el intento de convertir aquel instante en algo trascendental. Palpitaba con su cursor y aquello le dio la certeza de que era un buen momento para escribir cualquier cosa. Entonces escribiré, se decidió. El vértigo de escupir en palabras  sus emociones, de manera desordenada, pronto le provocó un nuevo acto de valentía. Debería enviarle un mensaje, se aconsejó. Por fin, después de los seis años que la había visto de todas las formas posibles, quizás aquella noche tendría la oportunidad de aceptar que solo la había visto con ojos de amor. Siempre. Pero quizá no, probablemente después de todo uno no va y regala mensajes cursis escritos al ritmo de un cursor.  Por otro lado, las ráfagas de valentía no son algo que deberían desaprovecharse. Mejoró su puntuación y corrigió algunas faltas de sintaxis, estaba lista para aventurar sus líneas palpitadas. A veces lo mejor es arriesgarse, se animó. Aferró sus manos a la orilla de la mesa. Esperando. Otra vez esperando, ella siempre la mantenía en espera (¿o ella se plantaba a esperar?)Pronto obtuvo respuesta. Corta. Certera: Siempre.